Según los expertos, hacerse un alisado japonés al año, repasando las raíces al cabo de unos seis meses, aproximadamente, castiga menos el cabello que pasarse la plancha de pelo casi a diario.
En los últimos meses al alisado japonés le ha salido un firme competidor: la queratina. Este novedoso tratamiento, muy respetuoso con la naturaleza del cabello, hidrata, alisa y elimina el encrespado del cabello dejándolo mucho más domable, suave y rebosante de brillo. Aunque los resultados sólo se mantienen durante cuatro meses, una de sus principales ventajas frente al alisado japonés es que es bastante más barato.