Con el tiempo y de manera natural, los dientes pierden su brillo. Aunque puedes realizarte un blanqueamiento cada cierto tiempo, la mejor opción es cuidarlos a diario para intentar evitar que tu esmalte vuelva a mancharse.
Para empezar, el tabaco, el café, el vino tinto y el té, entre otros productos, contribuyen a oscurecer el tono dental. Modera su consumo y, cuando los tomes, cepíllate de inmediato los dientes para evitar que su coloración penetre en el esmalte.
Por otro lado, los cepillos electrónicos son más efectivos que los tradicionales y las pastas de dientes blanqueadoras ayudan a prevenir la aparición de manchas, aumentando el brillo y la luminosidad dental.
respecto a los enjuagues, evita utilizar colutorios dentales con clorhexidina, ya que su uso prolongado produce unas manchitas marrones en los dientes.