Para prevenir la formación de nudos, lo ideal es desenredarlo ya en la ducha con un peine de púas separadas y fabricado en un material natural (carey, madera, etc). Si lo haces justo después de extenderte el acondicionador, ayudarás a repartir todo el producto por todo el largo del cabello, algo que facilitará su posterior peinado.
Fuera de la ducha, retira el exceso de humedad con una toalla, presionando el pelo suavemente, pero sin frotar, aplica un agua de peinado especial para cabellos ondulados y vuélvelo a desenredar con el peine de púas.
Conviene comenzar por las capas más internas del cabello, desde la mitad de la melena hacia abajo. Cuando la zona esté controlada, peina de nuevo, esta vez desde las raíces.
Recuerda que cuanto más dañado esté el pelo más difícil de peinar será, así que no escatimes en acondicionadores y mascarillas capilares.