Perder peso de forma drástica siguiendo una "dieta milagrosa" para después volverlo a recuperar, a veces, con algún kilo de regalo es contraproducente.
Cuando este ciclo de pérdida-ganancia de peso se repite contínuamente hacemos que nuestro cuerpo vaya acumulando un mayor porcentaje de grasas y perdiendo músculo. Y es que cada vez que adelgazamos no sólo perdemos grasa, inevitablemente también perdemos algo de masa muscular.
El problema es que al recuperar el peso poco después, la mayor parte de esos kilos de más que ganamos son en forma de grasa no de músculo. Aparte de resultar perjudicial, este proceso hace que cada vez sea más difícil adelgazar.
Por todo ello, siempre que deseemos adelgazar algunos kilos debemos asesorarnos por un dietista especializado y no hacer locuras con dietas que, de hecho, hacen perder peso rápidamente pero con unos efectos secundarios nefastos para nuestra salud. Y es más, al finalizar la dieta ganaremos más peso del perdido, el famoso y muy cierto "efecto yoyó".
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