Polvos de sol: Unos pequeños toques de este cosmético dará a tu rostro un efecto brillante, como si hubieras estado tomando el sol. Antes de aplicarte los polvos, procura tener el rostro limpio, seco e hidratado (si te has aplicado crema hidratante, espera unos minutos a que tu piel la absorba del todo), utiliza una brocha gruesa realizando movimientos en zigzag. Si ya estás bronceada utiliza polvos de sol irisados o nacarados y si todavía no estás del todo bronceada elige polvos de sol con acabado mate.
Hidratante de color: Es la alternativa ideal si tu objetivo es conseguir un acabado ligero y uniforme. La crema hidratante con color te hidratará y te dará un tono bronceado natural al mismo tiempo. Su aplicación es muy sencilla, extiéndela sobre el rostro y el cuello, igual que una hidratante normal.
Maquillaje solar: Es un tipo de maquillaje compuesto de pigmentos bronceadores luminosos. Se aplica como un maquillaje convencional. Su resultado es un tono bronceado fresco y natural.
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